Me parece importante dar una definición fácil, entendible y concreta de Inclusión Financiera. Término que seguramente has escuchado últimamente y que pretende  indicar la vinculación de la mayor población posible en un país o territorio a los sistemas financieros. A esta definición debemos adicionar que la inclusión debe ir acompañada del uso frecuente e incremental de los servicios financieros haciéndolos parte de la cotidianidad de las personas para llevarlos al progreso económico. 

Y es que las cifras actuales sobre la inclusión financiera en el país son muy alentadoras, a 31 de dic de 2019 el 82.5% de la población tenía acceso al sistema financiero. Según un informe de la Banca de las Oportunidades esta cifra seguramente incrementará teniendo en cuenta la situación de pandemia y las medidas adoptadas por el gobierno para impartir ayudas masivas a la población vulnerable por medios electrónicos. 

Yo abrí mi primera cuenta de ahorros a los 20 años, era estudiante universitario y necesitaba que mis padres me hicieran giros mensuales para cubrir mis gastos, ellos me consignaban y yo retiraba.  Solo hasta que empecé a trabajar fui sujeto de interés de los Bancos, que iniciaron ofreciéndome tarjetas de crédito y créditos de libre inversión. Sin embargo, los pagos y otras transacciones las seguía realizando en efectivo, aclaró que esta es una experiencia de hace más de 20 años.

Hoy en día, si estás vinculado al sistema financiero puedes, entre otros:

  1. Tener una cuenta bancaria o una billetera electrónica
  2. Recibir y transferir dinero entre cuentas o billeteras propias y de terceros
  3. Pagar servicios públicos y privados
  4. Realizar créditos en línea y pagar tus cuotas
  5. Hacer giros a billeteras electrónicas 
  6. Hacer compras en línea o pagar en establecimientos asociados 

Todo lo necesario para mejorar y facilitar tu diario vivir.  Estas ventajas son eclipsadas desafortunadamente por los altos costos para algunas de las anteriores transacciones, sin duda alguna, una barrera que debemos superar.

Según el Banco Mundial la inclusión financiera juega un papel preponderante para poner fin a la pobreza extrema. Sabemos que una familia de bajo nivel socioeconómico puede tener de alguna manera asegurada alimentación, salud y servicios básicos; pero no es hasta cuando se vincula al sistema financiero cuando sus índices de pobreza empiezan a movilizarse hacia la mejora. 

Escrito por Marta Montero Gómez

.